Lluvia Beltrán

Escritora de realismo y distopía social con contenido LGTBIAQ+

Corrigiendo mi último manuscrito

Tras haber dejado reposar durante varios meses la que es mi última novela terminada, hace unos días decidí imprimirla y corregirla sobre papel. Sabía que así me iba a resultar más sencillo poder anotar mis propias impresiones, añadir datos nuevos, jugar con el orden de los acontecimientos y, por supuesto, hacer la corrección ortográfica. Y no me equivoqué.

El manuscrito había pasado con anterioridad por un único lector cero, quien me habló de sus impresiones, de los errores y aciertos que encontraba en la historia, e incluso me hizo alguna sugerencia. Con todo esto, y con la novela impresa, lo cual ya de por sí me dio un buen chute de adrenalina, porque es mucho lo que ilusiona ver tu creación impresa, aunque aún haya que pulirla; con todo esto, decía, y teniendo un poco olvidada a propósito la historia, me dispuse a hacer la tercera corrección.

He de decir que mis últimas novelas y relatos los he escrito directamente en el ordenador. Hablando con varias personas acerca de esto, la mayoría apunta a que es un error, me recuerdan los beneficios de escribir a mano, lo inspirador que resulta, y yo suelo argumentar casi siempre lo mismo: que soy vaga. A lo que me refiero es que sí, que sé que es más motivador e inspirador escribir a mano, que ayuda a organizarse mejor, pero me conozco muy bien, y sé que varios proyectos se han quedado sobre un cuaderno de papel de cuadros porque me ha dado pereza pasarlos al ordenador. Puedo escribir trozos, ideas, incluso capítulos; pero una novela es otro cantar, siempre me ha costado horrores convertir el texto manuscrito en digital.

Goma de borrar
¡A darle al borrador!

El tema de las correcciones es diferente. He llegado a imprimir alguno de los relatos para repasarlo tranquilamente; también lo hice en su momento con mi novela Fotografiar la lluvia, y no solo para corregirla sino también para dejar que varios lectores cero la leyeran. Y aún sabiendo los beneficios y la facilidad para corregir sobre papel, he seguido corrigiendo a través de la pantalla, más por ahorro que por vagancia.

En la tercera corrección de mi último manuscrito, y del que ya os he hablado en alguna ocasión, decidí volver al papel, como comentaba antes, para facilitarme el trabajo, porque estaba decidida, y lo sigo estando, a hacer grandes cambios, añadir fragmentos y enriquecerlo.

 

 

Desde la web Doce razones, J. de la Rosa no da varios pasos y consejos para corregir el manuscrito de nuestra obra. He de decir que yo he seguido la mayoría de ellos aun sin ser consciente de cómo debía hacerlo, es decir: me he ido guiando siempre por la intuición; y ahora que repaso dichas recomendaciones, me viene a la cabeza el enorme trabajo que lleva tratar de sacar adelante en serio una novela.

Y para no desfallecer, trato de hacer de nuevo mías estas sabias palabras de Virginia Woolf:

[su_quote]La verdad es que escribir constituye el placer más profundo, que te lean es solo un placer superficial.[/su_quote]

Corrigiendo mi último manuscrito

4 comentarios en «Corrigiendo mi último manuscrito»

  1. ¡Hola!
    Yo siempre empiezo a escribir en papel, me inspira más, y cuando ya tengo una cierta cantidad y empiza a volverse difícil de manejar, me paso al ordenador.
    También prefiero imprimir y corregir en papel, pero solo cuando se trata de las últimas correcciones, cuando el texto está ya muy mascado.
    Mucho ánimo en estos últimos pasitos 🙂
    Un beso.

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