Taller de autoedición artesanal

Durante los sábados de mayo he estado asistiendo a un taller básico de autoedición alternativa artesanal impartido en la librería Literanta. El tutor, Nicolás Ramajo, nos ha enseñado diversas técnicas para poder expresar nuestras ideas, ya sean textos, fotos u otras disciplinas, a través de diversos formatos como pueden ser la papiroflexia, los sellos, las pegatinas, los fanzines, etc.

Cuando vi por primera vez el nombre del taller por un momento pensé que se trataría de una iniciación a la autopublicación tradicional a través de diversas plataformas online o editoriales, y por eso llamó mi atención. Lo de artesanal lo obvié. Y aunque no es lo que había imaginado ni presupuesto, cuando Nico me explicó cuáles iban a ser los contenidos del curso me sentí muy atraída por aprender estas técnicas caseras.

Se trataba de aprender una forma artesanal de plasmar, dar difusión y promocionar nuestras ideas gracias al ingenio, la creatividad y por supuesto la originalidad. En principio, y bajo el nombre de una supuesta editorial, cuyo nombre debía evocar algo o tener su sentido, teníamos que pensar qué queríamos expresar y cómo. Es decir, a través de las diferentes técnicas de lo que se viene conociendo como DIY, crear nuestra propia campaña, dependiendo de qué queríamos difundir. O si no campaña, sí algún proyecto final: un libro, unas pegatinas de promoción, un póster…

Gracias al taller he recordado lo mucho que me gusta la papiroflexia, aunque nunca he sido muy buena en los trabajos manuales. Por primera vez he creado mi propio sello personalizado; un poco churro, eso sí, porque he calcado a mano alzada mi logo mientras lo observaba en la pantalla del móvil. También me han venido a la cabeza posibles futuras maneras de difusión y promoción de mis próximas novelas. He descubierto que se pueden hacer cosas diferentes, llamativas y originales, y que no hay por qué gastarse una gran cantidad de dinero para ello.

Me habría gustado poder profundizar en algunos de los temas, como por ejemplo los fanzines, pero el tiempo es el que es, como dirían en el Ministerio del tiempo,  y no ha dado para más. Solo me queda seguir indagando por mi cuenta y explorando nuevos formatos. Os animo a hacer lo mismo.