Hace unas semanas fui «retada» a través de Instagram a subir las fotos de los 10 discos que más me habían influido en la vida. Podría haber hecho una lista mucho más larga, aunque en realidad más que álbumes lo que más me ha influido son canciones sueltas.
Aun así, subí esas diez portadas.
En numerosas ocasiones he comentado que la música suele influirme mucho a la hora de escribir. Y no me refiero a hacerlo a la vez, es decir: no suelo escuchar música mientras escribo. Pero sí me sucede que a través de una canción saco una idea, una imagen, una trama… algo de inspiración que me impulsa a escribir o que me ayuda mientras lo hago.
También he confesado en alguna ocasión que a veces me hago mis propias bandas sonoras en torno a una historia o una novela. Fotografiar la lluvia la tuvo, y Neurogénesis también. No es diferente con mis dos últimos trabajos: el «famoso» manuscrito secreto que está en manos de una lectora beta, y, cómo no, la historia que se desarrolla en los años 80 y en la que aún estoy trabajando.
No me gusta desvelar el contenido de esas particulares bandas sonoras, aunque a veces sí que he revelado alguna canción que podría incluirse o que es importante en la historia (ya lo hice hace años en un blog que abrí específico para Fotografiar la lluvia).
Lo que sí voy a hacer es confesar por qué los 10 discos cuyas portadas publiqué en Instagram han sido importantes para mí, ya que no pude desarrollarlo en dicha publicación.
«Grandes éxitos», de Alaska y los Pegamoides
Publicado en 1982 por Hispavox. En portada: Alaska, Carlos Berlanga, Eduardo Benavente, Nacho Canut y Ana Cura.
Aunque cuando salió a la venta yo era muy pequeña (solo tenía 6 añitos), la fotografía de la portada me marcó sobremanera. He de reconocer que en vez de este disco, lo que debería haber compartido era la portada del maxisingle de Bailando, que tenía la misma imagen y que fue lo que me hizo descubrir a este grupo.
Mis hermanos, muy puesto al día en música por aquel entonces, tenían este maxi entre otros vinilos de grupos diversos. En ocasiones, yo pasaba largo rato observando las portadas. Recuerdo especialmente las de Barón Rojo, Iron Maiden, Salt n Pepa (muy diversos sus gustos, sí…) y en particular esta de Alaska y los Pegamoides. Y he de confesar que la observaba con temor. No sé, me daban miedo, y aun así, los observaba sin saber ni quiénes eran. ¿Quizás era consciente de que era una fan en potencia?
«Ricks Road», de Texas
Tercer disco de los escoceses, publicado en noviembre de 1993 por Mercury Records. En portada, dos de sus miembros: Sharleen Spiteri y Ally McErlaine, cantante y guitarrista respectivamente.
Es mi disco favorito de Texas. Cuando salió a la venta yo rozaba la mayoría de edad, estudiaba COU y estaba conociendo gente nueva. Este disco marcó una etapa muy importante en mi adolescencia.
Recuerdo que tanto las canciones que lo componen como la estética que adoptó el grupo me encantaban. Me quedé sin ir al concierto de presentación, no recuerdo por qué. Y cuando por fin pude verles en directo (la primera vez que lo hacía), me quedé encandilada con la banda. De hecho, ha sido uno de mis grupos favoritos durante mucho tiempo. Hasta que dieron un giro radical a su estilo. Pero esa es otra historia.
«Crash! Boom! Bang!», de Roxette
Quinto álbum del dúo sueco, publicado en abril de 1994 por EMI. En portada: Per Gessle y Marie Fredriksson.
La historia va un poco a la par de la de Texas, ya que también marcó mi adolescencia y en la misma época: el disco de Roxette se publicó meses después que el del grupo escocés.
Puede que sea mi álbum favorito de los suecos, y digo puede porque siempre he sido (muy) fan de este grupo, y más que con discos me quedaría con canciones. Además, sus otros álbumes me encantan, pero Crash! Boom! Bang! es especial porque trae a mi cabeza una época precisamente especial. Recién cumplidos los 18… ¿qué te voy a contar?
«Paradise in me», de K’s Choice
Segundo disco de estudio del conjunto belga, publicado en 1996 por Double T Music. El dibujo de la portada está realizado por Gert Bettens, fundador, junto a su hermana Sarah, del grupo.
Descubrí a K’s Choice allá por el año 98 gracias a una compañera de trabajo. A pesar de que me pilló en un momento en el que no estaba muy receptiva (bajón de ánimo, supongo), me enamoró desde el principio. Lo reproduje en bucle. Y en un impulso, días después me compré su siguiente álbum, «Cocoon Crash», que me gustó muchísimo más. Pero el primero siempre será el más especial, porque les descubrí y porque me hice fan casi al instante.
«Absolute Janis», antología de Janis Joplin
Recopilatorio (otro más) que Sony Music Entertaiment publicó en octubre de 1997. En portada: la protagonista, Janis Joplin.
Por aquel entonces yo conocía vagamente algunas de sus canciones, me había comprado un recopilatorio pirata en El Rastro pero no le había prestado mucha atención, creo que porque me faltaban algunos temas que creía que eran de ella pero no sabía sus títulos.
Por fortuna, aquel nuevo recopilatorio incluyó esas canciones, como «Bobby MacGee», ¡una joya!
Como me había pasado con el disco de K’s Choice, empecé a reproducir el CD en bucle. La voz de Janis Joplin me fascinaba…
Empecé a indagar sobre ella. Me leí un par de biografías y me compré su discografía para poder disfrutar de todas sus canciones, no solo de «las típicas».
«Version 2.0», de Garbage
Se trata del segundo álbum de este grupo de rock alternativo, publicado en mayo de 1998 por BMG Korea Co., Ltd. Descubrí a Garbage gracias a él, y en concreto a la canción «I thin I’m paranoid», a pesar de tener otro disco en su haber. Me parecieron raros pero me gustaron. Tenían algo.
Por aquella época salía con un grupo de gente a la que hacía poco que conocía y con quienes tenía muy buena conexión. Aquel disco de Garbage formó parte de los buenos momentos, de muchas noches de fiesta. Y decidí no perderles la pista.
De hecho a día de hoy es otro de mis grupos favoritos. Aunque Version 2.0 no sea mi disco predilecto de ellos, sí es tal vez el más significativo y el que más machaqué.
«Bury the hatchet», de The Cranberries
Cuarto CD de la banda irlandesa, publicado en abril de 1999 por Island Records tras un tiempo de descanso. Puede que sea uno de los discos que más he escuchado, y mi favorito de los arándanos.
Por cierto, la imagen de portada, de Storm Thorgerson, nunca la he entendido…
Este álbum forma parte de la banda sonora de una muy buena época. Lo poníamos casi a diario en el trabajo en el que yo estaba entonces y lo escuchaba otras tantas veces por mi cuenta. Es otro de los álbumes que impactaron de lleno en mí desde el principio.
Fui a ver en directo a The Cranberries durante la gira de este disco en al menos dos ocasiones, y otras tantas veces en giras posteriores. Hacía tiempo que la música de este grupo me gustaba, de hecho la famosa «Zombie» podría incluirse en la misma banda sonora de la época de los discos de Texas y Roxette, porque salió por aquel entonces y fue un bombazo.
Hoy en día, cada vez que vuelvo a escuchar Bury the hatcher —con menos frecuencia, claro— enseguida me vienen a la cabeza imágenes de aquel grupo de personas que empezaron siendo compañeros de trabajo y acabamos siendo amigos.
«El tiempo de la luz», de Tahúres Zurdos
Noveno disco de los navarros, publicado en 2000 por Sony. Se trata del último álbum de estudio, y mi favorito de ellos, aunque su discografía está plagada de temazos como «Tocaré», canción con las que les descubrí cuando era pequeña.
He incluido este disco entre los 10 que más me han influido porque en aquella época me hallaba escribiendo una novela juvenil y la canción «Llueve» encajaba a la perfección en la trama (recuerda: bandas sonoras propias).
Tahúres Zurdos es de los pocos grupos españoles de los que me considero fan. Los he visto varias veces en concierto a partir de la gira de este disco, y aunque hace tiempo que se separaron, sigo albergando la esperanza de que algún día vuelvan a juntarse.
Por fortuna, la voz de Tahúres, Aurora Beltrán, sigue en activo, de hecho acaba de publicar su tercer álbum en solitario.
«Dying to say this to you», de The Sounds
Segundo disco de estudio de esta banda sueca, publicado en marzo de 2006 por WaterTower Music.
Conocí a The Sounds gracias a Sol Música, en concreto por el vídeo de «Painted by numbers», que desde el principio me llamó la atención.
He de confesar que en este caso no me enamoraron desde el principio, pero el disco cuanto más lo iba escuchando más me gustaba, y me acompañó durante una época un tanto oscura de mi vida. Oscura por muchas circunstancias, entre ellas el estrés que me provocaba el trabajo que tenía por aquel entonces. Fue una época agridulce (más agria que dulce). The Sounds formaron parte de la cara más amable.
Hoy en día es otro de mis grupos de cabecera, de hecho la música de su cuarto disco, «Something to die for», me acompañó mientras escribía Fotografiar la lluvia.
«Nocturnal», de Amaral
Séptimo álbum de estudio de este grupo de Zaragoza, publicado en octubre de 2015 por su propio sello independiente: Discos Antártida.
En muy poco tiempo se ha convertido en uno de mis discos favoritos, y eso que al principio… ni fu ni fa, no sé muy bien por qué.
Tal vez la cuestión es que no estaba receptiva. Porque cuando lo estuve… se clavó como una flecha.
¿Cuándo redescubrí este disco y me enamoró? Pues cuando vi el «A solas» de Amaral que emitieron en Sol Música (¡otra vez la misma cadena!).
Casi dos años después, en enero de 2017, publicaron «Nocturnal Solar Sessions», una revisión acústica del disco en la que aportan nuevos sonidos y versiones. Para mi gusto algunas de las canciones pierden fuerza, pero no deja de ser una curiosidad y una apuesta arriesgada de la que salen bien parados.
Yo sigo enganchada al original…
Y después de este repaso, te animo a compartas algunos de tus álbumes favoritos, o los que más te han influido. ¿Coincides con alguno de los míos?
Un comentario en «Mis 10 álbumes más importantes»