La semana pasada la Federación de Gremios de Editores de España (FGE) publicó un estudio sobre los hábitos de lectura y compra de libros en España. En él se constata que, en el último lustro, ha habido un aumento de 2,8 puntos en el porcentaje de lectores mayores de 14 años. Pero eso sí: casi el 40% no lo hace como ocio (o por gusto, entiendo) sino por obligación.
Estos datos chocan con el hecho de que los menores de entre 10 y 14 años sean lectores habituales: alrededor del 80% leen con asiduidad.
Yo también leía mucho en esa franja de edad, cuando pasé de los cuentos a los relatos o novelas juveniles (adoraba la colección Barco de Vapor, de SM). Leía en casa y leía en la biblioteca del colegio.
A partir de los 14, empecé con las sagas de Enyd Blyton y a continuación con las novelas para adultos. Seguía leyendo mucho, supongo que porque tenía más tiempo libre y siempre he sido bastante casera. Después, en el instituto y luego la universidad, con exámenes, trabajos y demás, a veces leía más por obligación que por gusto, pero igualmente gracias a esas lecturas descubrí autores y libros muy buenos y que me han marcado de algún modo como lectora y como escritora.
¿En serio hay quien no lee nunca?
Volviendo al estudio de FGE, según sus resultados, los adultos de entre 35 y 44 años que no leen o lo hacen con menor frecuencia achacan su falta de hábito a la escasez de tiempo disponible o a que prefieren dedicar su momento de ocio a otras actividades. Sin embargo, entre los 25 y 34 años algo más del 35% asegura que no lee porque no le interesa o no le gusta. La salud o problemas de vista son las razones para no leer que señalan los mayores de 65 años.
Entiendo que para muchos adultos, las cargas familiares y laborales, que obviamente dejan poco tiempo para el ocio, a veces provocan que lo que prefiramos hacer en nuestros ratos libres sea desconectar. Muchos lo hacen a través de la lectura y otros tantos gracias a diferentes actividades, o incluso no haciendo nada en concreto (a mí por ejemplo me encanta quedarme en trance).
Es verdad es que en ocasiones no apetece leer, dependiendo de nuestro nivel de estrés o del tipo de trabajo, o del cansancio que llevemos arrastrando. Pero no puedo llegar a entender que haya gente que no lee nunca y que asegure que no le interesa. Leer abarca mucho, no tiene por qué ser libros. Leer ayuda a aprender, a viajar sin movernos del sitio, a formar nuestra personalidad acorde a nuestros principios, a saber qué piensan los demás, a conocer otras culturas, etc, etc, etc… Son tantos los beneficios que me apena saber que hay gente que no los aprovecha aun teniendo el privilegio de haber aprendido a leer.
Por género
En lo que se refiere a la división entre géneros, las mujeres leemos libros, revistas y textos en redes sociales, mientras que los hombres prefieren leer prensa, cómics y textos en webs o foros online.
Supongo que son unos resultados muy genéricos, pero no dejan de sorprenderme. Yo leo todo tipo de textos, y cada vez conozco a más mujeres a las que no les interesan las revistas (hablando de ese tipo de publicaciones que siempre se han considerado “de/para mujeres”), y que leen novelas gráficas o cómics y foros online. También conozco hombres que prefieren textos en redes sociales y revistas temáticas.
A pesar del resultado de la encuesta, creo que el abanico ha cambiado mucho y que se ha roto con los tópicos con respecto a la lectura por sexos.
¿Soporte digital o papel?
La eterna pregunta…
El papel sigue siendo líder, ya que alrededor de un 40% asegura leer solo textos impresos, algo más del 19% lee en ambos formatos y el resto solo en digital. La lectura de libros digitales ha mejorado su puntuación pero aún está por debajo ya no solo del papel sino también de otros medios online como prensa, foros o redes sociales.
En general, con la gente con la que hablo siempre gana el formato papel, pero mucha gente reconoce que también lee libros digitales, o textos en el móvil, ordenador o tablet. Lo digital ha ganado terreno pero nos resistimos a abandonar el formato analógico y en muchas ocasiones combinamos ambos. En mi caso, lo hago porque me gusta elegir lectura dependiendo del momento. En mi casa leo más libros en papel y cuando viajo o tengo que hacer cola en algún sitio, elijo redes sociales, artículos o libros guardados en la nube
Compra de libros en papel
Con respecto a la compra de libros, se constata un aumento del 5% en la proporción de compradores aunque disminuye la compra media. En cuanto al lugar de compra, la mayoría sigue prefiriendo las librerías.
Las bibliotecas están muy bien valoradas, aunque al parecer ha disminuido el porcentaje de préstamos.
Yo, de un par de años a esta parte, he vuelto a visitar la biblioteca municipal y soy incapaz de salir de ella sin llevarme algún libro, aunque en casa tengo un montón de ejemplares comprados sin leer. Creo que es algo psicológico para mí: el tener un tiempo establecido de posesión del libro hace que me apure en leerlo, o al menos hojearlo.
Mis conclusiones
Aunque ya lo he ido apuntando párrafo a párrafo, en general me concuerdan los resultados con mi experiencia o con la gente lectora con la que he hablado, también con la no lectora. No estoy de acuerdo en el tema de la separación por géneros, porque no es lo que veo a mi alrededor.
Es positivo el aumento del porcentaje de la gente que lee, aunque preocupa que la mayoría aseguren hacerlo por obligación. Quizás el resultado se esté ciñendo a la lectura de libros, porque incluso entre la gente que me asegura no leer habitualmente, bien porque no les gusta o porque prefieren hacer otras cosas, hay quienes entran asiduamente en redes sociales, leen publicaciones de sus contactos y también ojean los artículos que se comparten. Y eso también es leer según algunos de los resultados del estudio.
¿Qué opinas al respecto? ¿Te sientes identificado? ¿Estás de acuerdo con el estudio?