El pasado viernes día 13 se celebró el #DíadelasLibrerías, y como estuve anunciando tanto en mi web como en mis redes sociales previamente, tuve la oportunidad de dar una charla sobre “el escritor 2.0” en la librería Agapea de Palma de Mallorca. Para ello me había preparado un pequeño guion y además contaba con el refuerzo de un PowerPoint con imágenes y los puntos más importantes de mi intervención.
Durante todo el viernes estuve bastante nerviosa, dudando sobre si lo haría bien, si se me olvidarían cosas, si me trabaría o enrollaría demasiado o de forma innecesaria, etc. Además el hecho de trabajar esa misma tarde y tener que ausentarme un par de horas del trabajo hacía que los nervios fueran en aumento. Quería hacerlo bien, poder contar mi experiencia y los datos que había estado recopilando a lo largo de la semana deseando que todo aquello le fuera útil e interesante a quienes vinieran a escucharme.
Un poco antes de las 19h. estaba en Agapea montando mi ordenador y preparando el documento. Empezaron a llegar caras conocidas y también rostros desconocidos, eso me animó bastante pero los nervios seguían ahí.
No sé a vosotros pero a mí a la hora de hablar en público o de anunciar algo importante empiezan a temblarme las manos, es algo que no puedo controlar, también me empieza a entrar un cosquilleo en el estómago y me invaden las dudas. Por fortuna, el viernes pude disimular el tembleque de manos y creo que no titubeé al hablar, o al menos en la mayor parte de la charla.
Mi “escritor 2.0” hablaba de ese nuevo grupo (si es que se puede denominar así) de escritores noveles que quieren publicar, hacerse un nombre, ganar seguidores y lectores; conseguir, al fin y al cabo, realizar su sueño: que los lean, ya sea a través de webs o de publicación con editorial, autopublicación o coedición, y que han encontrado en las diferentes redes sociales la forma de promocionarse. Porque todo ha cambiado. Porque hay que luchar y darse visibilidad. Porque no hay que tirar la toalla. Hablé sobre los pasos previos (nuevas herramientas para la redacción de nuestro manuscrito), sobre lo que hacer después (corregir, corregir, corregir… dejar que te corrijan, la figura del lector cero, registrar la obra, etc), las diferentes opciones para publicar y por último la visibilidad y promoción a través de las redes sociales.
Estoy segura de que no acerté en todo, de que se quedaron cosas en el tintero, pero quiero pensar que mi charla pudo ser útil, que hubo quien descubrió cosas que no sabía o que incluso se animó a mover ese manuscrito guardado en un cajón.
Aunque ya lo hice en persona y también a través de las redes sociales, quiero agradecer de nuevo a la gente que asistió a la charla, que me escuchó y que incluso interactuó conmigo, y también quiero agradecerle al equipo de Agapea el haberme permitido poner mi granito de arena en un día dedicado a lugares tan mágicos como son las librerías.
Uno de los asistentes, David Orell, ha escrito un post con sus impresiones sobre la charla.
Os dejo algunas fotos del evento en la siguiente galería:
Yo te diré mi conclusión de la charla: ¡Fue una pasada!
Felicidades de nuevo, rubia.
¡Besos!