Hace poco leí un post en el blog Correcciones y editores en el que se comentaba la costumbre de un escritor americano de llevar un diario (o varios) por cada novela. En relación a esto, el autor hablaba de lo útil que resulta escribir a diario en un cuaderno, sin fijarse en gramática o estructura, es decir: escribir como te salga de dentro. Esto me recordó la costumbre que yo tenia de pequeña de escribir en mi diario para relatar lo que me había ocurrido en el día, por aburrido que fuera. Había dos claros motivos por los que lo hacia, el principal era el de desahogarme, pero por encima de éste creo que estaba el temor a olvidarme de aquellas anécdotas o acontecimientos que en aquella época eran importantes para mí, y es que por desgracia siempre he tenido mala memoria y olvido los detalles con demasiada facilidad.
Con el tiempo, dejé de lado los diarios, prefería inmortalizar los momentos importantes con una fotografía, y a la hora de coger un cuaderno y un boli dejaba volar la imaginación y creaba aquellas historias que precisamente no me sucedían. Empecé a rellenar cuadernos, libretas y folios con mis historias (nunca me atreví a denominarlas novelas). Y por desgracia, cuando comenzó a ser tan útil y necesario transcribir esos relatos al ordenador (nunca me he llegado a apañar del todo con la maquina de escribir, y eso que hasta tuve una eléctrica), empezó a darme pereza hacer trabajo doble, a pesar de que el proceso de informatizar cada escrito me ayudaba a ir corrigiéndolos sobre la marcha. Al cabo del tiempo comencé a escribir directamente en el ordenador, perdiendo así la costumbre de llevar siempre un cuaderno en el que ir anotando ideas, frases, párrafos, historias…
Tras las continuas recomendaciones de un amigo, y por supuesto totalmente convencida al leer el post al que antes me refería, he comenzado de nuevo a apuntar ideas, pensamientos y demás en uno de esos cuadernos que solía pasear en el bolso “por si acaso”. Estoy volviendo a adquirir la costumbre de escribir a mano y sobre todo de anotarme ocurrencias, puedan servirme a posteriori o no. Creo que esto puede ayudarme no sólo de cara a mis próximos proyectos sino también a nivel personal.
A veces, llevar un diario te ayuda a espantar esos fantasmas que te atosigan, a darle voz a tus demonios internos, o a decir lo que no te atreves o no quieres contarle a nadie (se supone que ese diario no lo leerá nadie más si tu no quieres). Incluso puede ayudarte a hablar con quien ya no se encuentra a tu lado sin temor a que te tachen de loco.
Y vosotros, ¿tenéis un diario? ¿Os sirve de ayuda escribir en él con cierta constancia?
Yo uso el móvil y la aplicación para notas, pero sí, debería comprarme una libretita y meterla en el bolso. Biquiños!
No estaría de más, nunca sabes cuándo te va a surgir la inspiración, y escribir a mano donde sea tiene su encanto 😉
Besos
Yo casi no recuerdo ya lo que es escribir a mano, pero la verdad es que tiene su encanto y como bien dices así no se te escapa nada 😉
Esperemos que esta vez no te de pereza pasarlo al ordenador para compartirlo con nosotros 😛
Lo de la pereza ya veremos, seguro que más de una cosa se queda en el papel ;-P
Gracias por comentar :-*
Como ya te he comentado en varias ocasiones, soy de los que se apuntan las ideas en folios, cuadernos, post its,etc y también las notas de móvil, mails, o notas de audio que ultimamente es la moda XD
Las ideas son como esas aves que se cuelan en casa y que te gustaría quedarte solo que las aves son libres y la inspiración busca un hogar donde crecer y hacerse mayor…
No te olvides que en cualquier lugar puede aparecer esa idea que tanto esperamos encontrar aunque sean en hilarantes conversaciones de whatsapp 😀
Besotes prima!
Me ha gustado tu comparación con las aves, ¡qué grande, primo!
Besos 🙂