Hoy 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer “Trabajadora”, pero eso se da por hecho, porque en mayor o menor medida todas somos trabajadoras, aunque haya algunas más vagas como también hay hombres vagos).
Quienes me seguís en alguna de mis redes ya os habréis percatado de que me reivindico como feminista, si no de viva voz al menos sí con lo que comparto y expreso. Pero cómo no serlo, en cuanto alguien cree en la igualdad de oportunidades, derechos y deberes entre hombres y mujeres, ya se puede considerar feminista.
Pero no es de feminismo como término de lo que pretendo hablar en este post, y vuelvo al principio del mismo…
Hoy 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer (y punto). Y como en cualquier Día Internacional, hay quienes siempre debaten si es absurdo o no, necesario o no, celebrar los días internacionales. Yo hay algunos que “celebro” y otros que no tanto, o para ser más exacta: algunos los comparto y celebro de mayor o menor manera y a otros les hago menor caso, no por menospreciar sino por menor implicación, porque no se puede estar a todo o porque todos los días celebramos el Día Internacional de algo.
Sin embargo, como es obvio sí me gusta celebrar este 8 de marzo. Y estoy de acuerdo en que reivindicar el papel de la mujer en la sociedad, en todos los aspectos de la vida, hay que hacerlo todos los días, de hecho lo hago; pero como en otras efemérides, al igual que en las propias, no está de más utilizar una fecha en concreto para alzar la voz más que de costumbre, celebrar actos, recordar en conjunto y explayarnos, seguir concienciando y reivindicándonos, emponderándonos (verbo de moda) como mujeres o como hombres que creen en la igualdad.
¿Por qué el 8 de marzo? Según diversas webs, aunque el origen no está muy claro, es probable que se deba a la manifestación que realizó en 1857 un grupo de trabajadoras textiles en Nueva York como protesta a las míseras condiciones en las que trabajaban. Sin embargo, muchos sitúan el origen al incendio de una fábrica textil también en la Gran Manzana, la Triangle Shirtwaist Company, donde murieron muchas mujeres, la mayoría chicas inmigrantes; aunque este suceso no se produjo un día 8 sino el 25 de marzo.
Hoy me he puesto un jersey morado porque es el “color de la mujer”, por decirlo de algún modo (y por favor, no lo relacionéis tanto con la política), ya que se dice que se trataba del color de la tela con la que trabajaban las mujeres que murieron en el incendio de la Triangle Shirtwaist Company. Sea cierto o no, la realidad es que se trata de mi color favorito, así que tengo motivo doble.
Pero en definitiva, hoy más que celebrar, lo que quiero es dar las gracias a todas aquellas mujeres que lucharon por conseguir unos derechos que hoy nos parecen básicos, y también a aquellas (y aquellos) que siguen dejándose la piel, porque aún queda mucho que hacer, porque sigue habiendo mucha discriminación, mucho machismo, mucha desigualdad… Porque no podemos dar por hecho que todo está conseguido. Por eso un día como hoy tenemos que recordarlo.
Ojalá no hubiera que conmemorar ningún 8 de marzo.