Pensaba que inspirada por la situación que estamos viviendo me iba a poner a escribir como una loca. Al fin y al cabo escribo distopía social y también novela contemporánea, y ahora se está dando un compendio de ambas temáticas. No sé si tú habrás pensado lo mismo: que tendrías un montón de ideas con las que inspirarte o que leerías sin parar un montón de libros, o que tendrías tiempo (por fin) para hacer cosas pendientes o lo que a ti te gusta. Y no está siendo así. ¿O sí?
Amplia oferta en la red
Hay quienes sacan la parte buena de esta cuarentena. Internet está llena de genialidades y de grandes propuestas y proyectos. Y los hay que se quedan mirando hacia la ventana con angustia e incertidumbre. También hay quienes pasan los días como pueden y no faltan a la cita de las 20h para salir a aplaudir. Hay quien pasa de aplaudir. Hay también quienes se están dedicando a sembrar odio aprovechando la situación. En fin… Cada una (cada uno, cada une) lo estamos llevando lo mejor que podemos, con esperanza o con desánimo. ¿Cuál es tu caso?
Hay quienes han hecho listas de toda la cultura gratuita que podemos disfrutar estos días. Ojo: no he puesto “gratuita” en un sentido peyorativo ni tampoco queriendo dar a entender que es una barra libre. Me gustaría que cuando todo vaya volviendo a la normalidad, sepamos agradecer a los artistas, organizadoras y demás el gran esfuerzo y el bien que están haciendo. Porque no solo para seguir teniendo presencia sino también, y sobre todo, para hacernos más llevadera esta época de ansiedad, angustia, ¿aburrimiento?, etc. están poniendo a nuestra disposición parte de su catálogo y su talento. Espero que nadie sufra amnesia selectiva ni clasista a este respecto.
Una distopía social que no queríamos vivir
Estamos viviendo inmersos en una especie de ficción especulativa en estos momentos, y no sé hacia dónde nos llevará, porque como se suele decir: la realidad supera a la ficción. Tengo la sensación de que todo volverá a la normalidad, pero si me paro a pensarlo con detenimiento comienzo a agobiarme cuestionándome cómo vamos a hacer eso posible. Es más bien por el tema económico: cómo nos vamos a recuperar de este mazazo, tanto como trabajadores como siendo también consumidores. ¿Cuánto ha de pasar para que parezca que hemos devuelto el calendario a principios de año, cuando el coronavirus parecía algo lejano? ¿O acaso eso es ya imposible? Me pregunto si la experiencia va a cambiar nuestros hábitos en todos los aspectos, como sociedad y como seres individuales.
También me pregunto si la Covid-19 es una especie de castigo hacia el ser humano por estar cargándose el planeta y por su individualismo cada vez más acentuado y egoísta. ¿Está actuando la naturaleza contra nosotros?
Si eres lectora de la CiFi más interespacial y/o sobre la IA, a lo mejor ya tienes tus propias teorías al respecto. Incluso si eres más espiritual. Creo que cada ser individual está sacando sus propias conclusiones de forma más o menos retorcida.
Diarios de cuarentena
¿Qué tal llevas tus redes sociales estos días, si las tienes? ¿Eres de las que las visitan como ventana al mundo para ver de qué hablan o hacen los demás? Y si te estás moviendo por esos lares, ¿te has dado cuenta de que mucha gente ha iniciado y comparte su particular diario de cuarentena? Quizás incluso tú tienes el tuyo propio.
Esta misma mañana he leído un artículo acerca de lo predecible que será la literatura durante los próximos años, porque muchos autores escribirán con la actual situación como eje principal. Ya sean reflexiones, ensayos, novelas, poesías, relatos… En el artículo lo trataban desde un lado peyorativo. En mi opinión, no es así. ¿Acaso no hay temas que se repiten hasta la saciedad?, lo que de verdad hace buena una obra es la pluma, cómo se escribe, qué historia o qué personajes hay detrás de esa temática trillada. Además, no hay que olvidar que a veces las propias editoriales se mueven por modas. ¿Te acuerdas de cuando empezaron a publicarse un montón de libros de apocalipsis zombi? Pues supongo que sucederá lo mismo, y además habrá mucha gente que quiera leer sobre el punto de vista de otras personas o de sus personajes. Ahí entra en juego la empatía.
Y, sí, supongo que más pronto que tarde mucha gente intentará compartir con el mundo sus vivencias personales durante el periodo de confinamiento como muchos están haciendo ya en las redes sociales. Si tú tienes tu propio diario, es probable que estés experimentando y escribiendo de igual o distinta manera lo mismo que tantas otras personas. Si eso te está sirviendo para liberar angustia y para dejar constancia de lo que estás sintiendo (tú o quienes te rodean), lo quieras compartir o no, sigue haciéndolo, no dejes que te quiten las ganas.
Relatos en confinamiento
A todo esto… Hablaba al principio sobre lo de pensar que vas a hacer un montón de cosas y luego no hacer nada, pero no porque no quieras sino porque ahora que tienes tiempo no encuentras la inspiración.
Yo pensaba que le iba a dar un buen estirón a la novela que tengo entre manos (una distopía social) inspirada por lo que estamos viviendo, y sin embargo no me salen las palabras. Lo que sí he hecho es empezar una historia costumbrista sin pretensiones, a lo escritora brújula, hablando de pandemia y cuarentena pero sin ser un diario propio ni autobiográfico.
Y no solo eso…
También he organizado junto a mi amiga Lula F. un concurso de relatos en confinamiento para nuestro blog La Novena Extinción. Tal vez te apetezca echarle un vistazo. Ahí puedes darle salida a ese diario si te apetece compartirlo, o si conoces a alguien que quiera hacerlo, un diario convertido en relato que encaje dentro de una de estas categorías: Distopía, Inteligencia Artificial o Confinamiento. Tienes toda la info y las bases del concurso en dicha web.
Y si lo que te gusta hacer no es escribir sino leer, te animo a que compartas tus recomendaciones en un comentario. O tal vez te apetezca recomendar música, o series, o películas…
Espero que, sea cual sea tu hobby, estés llevando lo mejor posible esta distopía que pronto quedará encerrada en un libro, o en una canción, o en un capítulo de Black Mirror.