Hace tiempo descubrí de forma casual la terapia positiva del tarro de la felicidad o Happiness Jar, que consiste en escribir cada día en un papel tu momento favorito o el mejor de la jornada y guardarlo en un frasco para que cuando te sientas desanimado puedas recuperarlo y revivirlo.
Es muy sencillo de hacer, incluso divertido, y puede ayudarte a que te enfrentes a la vida con una actitud optimista y eficaz.
¿En qué consiste el juego?
Lo primero, hazte con un frasco que te guste o que puedas decorar a tu gusto, y que te servirá como contenedor de todos esos momentos positivos que quieras guardar. Si tiene tapa, mucho mejor.
Cada día, intenta pensar en un momento feliz que recuerdes o que te haya sucedido a lo largo de la jornada. No tienes que obligarte a cumplirlo de forma rutinaria pero intenta ser constante para poder recopilar cuantos más momentos positivos, mejor.
Escribe en un trozo de papel el recuerdo, frase, deseo o evocación y guárdalo en el frasco.
Cuando tengas un día malo, un momento de bajón, una mala racha… recupera uno de esos papeles, léelo y recuerda por qué lo apuntaste, en definitiva: evoca ese momento de satisfacción.
Otra opción es ir sacando las notas cuando el frasco esté lleno o cuando hayan pasado unos meses y te apetezca recuperar los mensajes.
Este juego se puede hacer en familia, eso ayudará a que todos mantengáis un pensamiento positivo y recordéis juntos esos buenos momentos sin invocar las dificultades o los retos a los que os hayáis enfrentado. Si sois constantes, igualmente generará una suerte de rutina que os haga pensar y expresaros de forma positiva, lo que es muy importante sobre todo en el caso de los más pequeños.
Potencia tu creatividad con un tarro de la felicidad
Tras leer un poco más acerca de este juego, se me ocurrió que podría ser de gran ayuda no solo para animarnos y ser más positivos sino también para potenciar la creatividad como artistas, y en nuestro caso como escritores. ¿Acaso el simple hecho de elegir un tarro y personalizarlo no despierta por sí solo la creatividad?
Por si no te convence, voy a darte algunas ideas por las que creo que un tarro lleno de mensajes puede ayudarte como escritor:
1.En vez de pensamientos positivos, escribe ideas, nombres, ocurrencias, frases, títulos de libros…
Muchas veces los apuntamos en libretas o en alguna app del móvil, tal vez incluso en más de una ocasión hayas pensado, al igual que yo, que lo recordarías o que ya lo apuntarías más adelante. Aprovecha el tarro de la felicidad como contenedor de esas ideas sueltas que pueden servirte en un futuro.
2.Saca alguno de esos papeles cuando te sientas bloqueado o cuando necesites ideas nuevas
En muchas ocasiones al sentirnos bloqueados tampoco nos vienen a la mente viejas ideas que creímos que podríamos recordar. Si están apuntadas en un papel, nos ayudará a evocarlas y tal vez darles un nuevo sentido. Si uno de los papeles no es suficiente, saca varios y juega a combinarlos.
3.También puedes crear tu propio juego
Por ejemplo, trata de crear una historia con lo que ponga en el papel (o papeles) que hayas escogido, aunque no tenga sentido. Tirando del hilo de esa historia puede que salga algo muy interesante, y si no, siempre quedará como práctica de escritura para generar hábito o mejorar tu estilo.
4.Utiliza el tarro para alguna obra en concreto
Escribiendo nombres de personajes, acciones, lo que sea, y jugando a combinarlos, tal vez surjan nuevas relaciones o hilos en la historia que tienes entre manos.
5.Proponte retos por escrito, o plazos
Cuando lo necesites, saca uno de los papeles y cumple lo que propones en él.
6.Haz un collage con las notas
Quizá salga una historia loca que te haga reír… y que incluso te animes a reescribirla.
Rebautiza tu tarro como “frasco de la creatividad”
Seguro que se te ocurren muchas más ideas para aprovechar este juego y llevarlo al terreno de la escritura. ¿Te animas a compartirlas?
Me parece más útil para la creatividad que para la felicidad por dos motivos. El primero porque no creo en cosas como escribir lo bueno como terapia futura; también lo hay para lo negativo, quemar un deseo o algo así en una hoguera… Ese tipo de cosas.
El segundo motivo es que sí sirve para recordar o para ser utilizar en un futuro, ya sea para escribir, pintar, componer… A veces las ideas llegan y no se pueden llevar a cabo en ese preciso momento y puede que sí más adelante.
La verdad es que a mí también me atrae más la idea de usar este método para fines creativos que como terapia positiva, pero entiendo que a mucha gente le pueda ayudar guardar mensajes y recuerdos positivos.
Gracias por tu comentario.
Besos :-*