Parece que en los últimos dos años (o más, he perdido la cuenta) se han puesto de moda esos libros que (supuestamente) nos ayudan a despertar nuestra creatividad o a conectar con ese lado de nuestra imaginación que parece dormido. Yo particularmente tengo dos en casa, unos comprado por iniciativa propia para compartir páginas con mi pareja y el segundo fue un regalo de una amiga que me dijo: “aquí tienes el manuscrito de tu tercera novela”.
¿Creéis que estos libros funcionan?
He de reconocer que soy una persona bastante desorganizada y muy poco constante, no es por tirarme piedras sino que trato de justificar por qué no termino de despertar a las musas cuando están dormidas a través de estos libros. Y juro que lo he intentado.
Supongo que no hay fórmulas mágicas ni genéricas, que cada uno tenemos nuestra manera personal de llamar a la creatividad y tal vez propuestas ajenas para escribir esbozos, pensamientos o dibujar en unas hojas no son lo que necesitamos. ¿O sí? No perdemos nada por intentarlo, al menos nos puede servir para adoptar una rutina de escritura.
A mí a veces me cuesta horrores sentarme delante del ordenador para comenzar o continuar algún escrito, o ponerme a rellenar alguna libreta, ya sea por falta de tiempo, de inspiración, o por procrastinación (qué de moda está esta palabra ahora…). De igual manera me cuesta, se me olvida o aplazo la continuidad de esos libros ejercitantes. Quizá si me acostumbrara u obligara a dedicarles aunque fuera un ratito cada día a la misma hora (por ejemplo cuando vuelvo del trabajo) podría darle un giro a este post y contaros si me funciona o si solo se trata de un producto que se ha puesto de moda y que es como eso de los fascículos: que compras el primero porque vale un euro y nunca continuas la colección.