Esas dedicatorias

Cuando dos cabezas que desvarían de forma considerable se  juntan puede surgir cualquier cosa. El otro día, sin ir más lejos, durante una mañana que pasé tomando café junto a mi amigo David Orell, comenzamos a hablar entre otras cosas del tema de las firmas de libros, después de que yo le comentara que me gustaba personalizar las dedicatorias de mis novelas y que a veces me costaba. Sin tener mucho que ver, recordamos aquellas carpetas infantiles o de adolescencia llenas de dedicatorias de compañeros de clase y/o amigos, en las que se grababan para la posteridad frases tan profundas como “el mundo es un pañuelo y tú mi moquito preferido”.

Pasamos un rato muy divertido recordándolas y David me sugirió escribir este post con algunas de ellas. No tengo a mano ninguna de aquellas carpetas, así que voy a poner las que recuerdo y otras que he encontrado en algunas webs, espero que vosotros añadáis más…

[su_quote]En la calle de la A me encontré con la M y me dijo que la O estaba loca por la R.[/su_quote]

[su_quote]De mí para ti por ser tú.[/su_quote]

[su_quote]Dos claveles en el agua se pueden marchitar; dos amigas que se quieren no se pueden olvidar.[/su_quote]

[su_quote]No te fijes en la letra ni te fijes en la escritura, fíjate en quién te escribe, que te quiere con locura.[/su_quote]

[su_quote]Corre, corre, cartero, que va la carta a la amiga que yo más quiero.[/su_quote]

[su_quote]¿Qué te digo? ¿Qué te diré? Sólo una cosa: recuérdame.[/su_quote]

[su_quote]El lema del estudiante: cara dura y adelante.[/su_quote]

Pero mi favorita de todos los tiempos es sin duda:

Si te vas y me dejas, dime adiós con las orejas