Cuando me propusieron elegir un nuevo título para continuar con la campaña de fomento de la lectura del Gremi de llibreters de Mallorca, me decanté por una novela gráfica ya que me apetecía una lectura distendida y a ser posible con algún toque de humor. Elegí ‘Dejar de amargarse para imperfectas’ porque aún no había tenido ocasión de ver en formato libro el trabajo de Raquel Córcoles (creadora de ‘Moderna de pueblo’ y ‘El Cooltureta’). A Lucía Taboada, coautora y artífice de los textos, denominada “tuitera del humor costumbrista” por el diario Público, no la conocía. Recogí el libro en Norma Cómics, establecimiento que ya he visitado en otras ocasiones y del que me gustaría destacar el excelente trato por parte de Neus, Joan Miquel y Mateu. A través de esta novela gráfica y a modo de manual de autoayuda en clave de humor, Lucía Taboada y Raquel Córcoles nos hacen mirarnos al espejo y reconocer muchos de los arquetipos que nos persiguen a las mujeres y cuyo denominador común es la insatisfacción: por no tener pareja (o por tenerla y no sea todo lo bonito que queríamos), por no estar lo suficientemente valoradas en el trabajo, por no tener un buen físico (o al menos el que se supone que deberíamos tener como imposición social) y por no gozar de una salud perfecta (porque cualquier mínima cosa que nos pasa la buscamos en google y resulta ser una enfermedad cuanto menos terminal). En resumidas cuentas, nos presentan con un humor muy suspicaz a la perfecta imperfecta, y a lo largo de sus páginas tratan de ayudarnos a organizar una terapia de choque para dejar de amargarnos. Así, gracias a los personajes del médico, la psicóloga, el entrenador personal y, cómo no, nuestra peor enemiga (nosotras mismas en nuestra vertiente más negativa y tremendista), la protagonista del libro (o sea, cualquiera de nosotras) trata de vencer sus obsesiones, la mayoría infundadas, y de quererse un poquito más y valorarse. ¿Cómo? Nos ofrecen una serie de pautas y ejercicios a practicar durante tres semanas, y el resultado: amargarse menos y amar nuestra imperfección. En mi opinión, el libro está lleno de guiños, bromas, complicidades gracias a las cuales muchas de las mujeres se sentirán identificadas, pero no puedo dejar de expresar mi insatisfacción por estar precisamente lleno de tópicos. Y es que el retrato que se nos aporta en la obra es la de mujer heterosexual de unos treinta años, sin novio (pocas veces se trata la rutina de pareja), que vive sola y no se siente en absoluto realizada en su trabajo (o que este le hastía) y que está, cómo no, ligeramente obsesionada con su peso, aunque a juzgar por el dibujo en este caso la protagonista está más que compensada. Añado este último comentario para enfatizar sobre el cliché de que todas las mujeres nos sentimos gordas aunque estemos en nuestro peso. Por eso, aunque al principio me ha parecido muy entretenido y ha logrado provocarme más de una carcajada, se me ha hecho algo pesado por ser demasiado arquetípico. Por otro lado, me ha encantado la forma como Raquel Córcoles ha sabido plasmar a través de sus ilustraciones el humor y los continuos guiños a la actualidad que hace Lucía Taboada en su análisis y sus consejos, con ello el tándem hace del libro una obra muy atractiva estéticamente hablando.
Dejar de amargarse para imperfectas
Me gustaría que me lo dejaras, ya que se trata de uno de esos libros que leería pero no me lo compraría, y también es de ésos que si de entrada no me enganchan dejaría de leer.
Gracias a tu reseña le voy a conceder el beneficio de la duda, antes de leerla no me hubiera planteado leerlo.
La próxima vez que nos veamos te lo llevo 😉
Gracias rubia :-*