Cómo me gustaría poder hablarte de la Feria del Libro de Madrid desde una perspectiva diferente, en concreto de la que aporta vivirla en el interior de una de las casetas. Pero este año tampoco ha podido ser, así que tengo que seguir currándomelo para poder estar firmando en una cita literaria tan importante. La FLM ha cumplido este 2018 su 77ª edición bajo el lema «Leer para saber, leer para imaginar» y ha contado con Rumanía como país invitado. Han sido más de 2.000 los autores que han firmado en las 363 casetas que conforman la feria situada en el parque de El Retiro, una ubicación que parece empezar a quedarse pequeña La primera cita se celebró en 1933 como parte de los actos de la Semana Cervatina que tuvieron lugar del 23 al 29 de abril. Aquella primera vez se instaló en el paseo de Recoletos. Actualmente la duración es mayor, en concreto 17 días, y no se enmarca dentro de ninguna celebración sino que por ella misma es todo un acontecimiento. Dentro de su historia, como anécdotas podría contarte que dejó de celebrarse durante los años de la Guerra Civil. Las casetas volverían al paseo de Recoletos en 1944, pero esta vez rebautizada como Feria Nacional del Libro. Es en 1967 cuando se decide trasladarla al parque del Retiro, y en 1982 cuando adquiere el nombre actual: Feria del Libro de Madrid.
Visita obligada a la Feria del Libro
Un año más, he podido cumplir con mi visita de rigor. En esta ocasión, además, con la primavera tan inestable que estamos viviendo, no hacía el calor sofocante de otras ediciones, por lo que daba gusto pasear por el Retiro y tomarse el tiempo necesario para cotillear casi cada caseta, hacerse fotos o juntarse con amigos. Siempre me gusta pasearme por allí al menos un día y estar al tanto de quien firma, ojear las casetas, charlar si puedo con algunos de los autores y, por supuesto, hacerme con las novedades de los autores que más me gustan. Visita ineludible, obviamente, a Rosa Montero, quien por fortuna, y por el momento, cada año está presente. En esta ocasión, firmaba la reedición de su obra «Nosotras», revisado y ampliado con más biografías de mujeres e ilustrado por María Herrero.
Conociendo y descubriendo a otras autoras
He de confesarte que no suelo seguir a los escritores más influyentes o a los que «están de moda». Eso no quiere decir que no me anime a leerlos o que los rechace de antemano, es solo que, por lo general, no me dejo llevar por modas. Excepto alguna excepción, claro, como cuando empecé a escuchar en diferentes medios lo bueno que era el libro «Patria», de Fernando Aramburu. No pretendo criticar modas ni creadores que mueven masas ni influencers, solo es que me gusta más descubrir por mí misma nuevos autores, de hecho últimamente intento leer a escritores noveles o desconocidos, o a aquellos que llevan años publicando con más o menos éxito, y con constancia, y no tienen tanto apoyo publicitario. Por eso, no suelo ponerme a esperar en las largas colas frente a las casetas donde van a firmar «autores del momento». Una excepción este año ha sido visitar a Raquel Córcoles (alias Moderna de Pueblo), acompañando a un amigo que quería tener su rúbrica en el libro «Idiotizadas». Y la verdad es que me sorprendió la cercanía de la autora. Tuve la oportunidad de conocer a otras escritoras, como Anabel Botella Soler, quien me firmó su novela «#Dead7»; Elena Martínez (de la librería Serendipias), autora de «Bajo el paraguas azul»; y María Frisa. Esta última firmaba su último libro «Cuídate de mí», una historia que me llamó la atención hace tiempo, tras verlo en una publicidad, y que está protagonizado por dos inspectoras de policía que investigan casos de delitos sexuales y violencia de género.
Una Feria del Libro que sigue creciendo
Este año la feria ha tenido 2,2 millones de visitantes, cifra inferior a la de 2017, y las ventas han descendido un 7% con respecto al año pasado, probablemente como consecuencia del mal tiempo. Pero no todo son malas noticias: parece que los jóvenes menores de 25 años se animan a visitar los estands, en total un 27,8%. Esto por lo menos a mí me da esperanzas de que no se pierda el hábito de la lectura en las nuevas generaciones. Sin duda, lo que más atrae visitas son las firmas de los autores que han pasado por las diferentes casetas, pero también las diferentes actividades culturales: charlas, talleres, debates, etc. También los lazos con Latinoamérica y con otros países europeos, como Rumanía, lo que sin duda ayuda a promocionar la literatura patria en otros territorios y la extranjera en nuestro país.
Mi galería de fotos de la FLM
Estas son algunas de las fotos que tomé con mi móvil durante mi visita a la Feria del Libro de Madrid: