Suele decirse que una corrección de estilo siempre es recomendable y una corrección ortotipográfica, obligatoria.
Me gusta que los textos, sea del índole que sean, estén cuidados y, sobre todo, libres de faltas ortográficas. Es por eso que decidí dedicarme a la corrección, para que no solo mis propios escritos estuvieran impecables sino también para ayudar a los demás a pulirlos.
Tal vez el término ortotipográfico te suene extraño. Por si no sabes de qué se trata: una corrección de esta índole incide en la ortografía y puntuación de un texto, ajustándose a la normativa de la Real Academia Española de la lengua española, así como también en la maquetación y los recursos tipográficos.
Se diferencia del corrector de estilo en que este se preocupa más por las imprecisiones de vocabulario: solventa los errores gramaticales y sintácticos y se asegura de que un texto sea comprensible para el lector.
Corrección ortotipográfica
Todo texto puede contener errores que causan una mala impresión de cara a terceros. Muchos de esos errores no se deben al desconocimiento sino a la falta de tiempo o de atención, por eso es importante contar con la ayuda de terceras personas que repasen el texto, mucho mejor si se trata de un corrector profesional.
Y es que debemos cuidar la ortografía no solo en medios de comunicación y literatura, sino también en páginas web, mails o campañas publicitarias, ya que pueden perder fuerza o valor si los textos están plagados de faltas, incoherencias o en su conjunto tienen una mala maquetación.
Por eso, quiero ayudarte a revisar tus escritos o borradores (publicitarios, literarios, web…), ya sea por que no tienes tiempo de hacerlo o porque, como suele decirse, «cuatro ojos ven más que dos».
¿Qué ofrezco?
- Corregir los errores ortográficos y de puntuación que pueda tener el texto, manuscrito o contenido web
- Fijar la ortografía a las normas que establece la RAE, sobre todo lo que concierne al uso de tildes, mayúsculas, guiones, abreviaturas, símbolos, escritura de cifras, etc.
- Unificar criterios en aquellas cuestiones que escapan a la normativa vigente, como el uso de negrita, cursiva y comillas.
- En maquetación: aplicar y unificar recursos tipográficos como comillas, negritas, cursivas, viñetas, etc.
- En texto ya maquetado y/o galeradas: detectar viudas y huérfanas, repetición de palabras, partición y justificación de palabras, márgenes, saltos de línea, tipo de letra, filetes y foliación.
- En el caso de manuscritos: revisión del sumario y su correspondencia con la obra.
Presupuesto
Es importante valorar cada texto o formato a la hora de calcular presupuesto. Puedes solicitar tarifa personalizada a través del formulario de contacto.